¡ Noche mágica en Anfield !
Liverpool lo hizo. En una brillante muestra de garra y determinación, logró quitarse un 0-3 adverso del juego de ida para superar 4-0 al Barcelona y por segundo año consecutivo, avanzar a la Final de la Champions League. El conjunto blaugrana fue presa de los fantasmas del pasado. Y tal como ocurrió en 2018 en Cuartos de Final ante la Roma, dejó escapar una ventaja de tres goles para quedar eliminado, teniendo que regresar a Cataluña con la maleta con un peso enorme de frustración y decepción.
No se había cumplido la hora de partido y el Liverpool había logrado la proeza de igualar la eliminatoria, con los goles del belga Divock Origi (7′) y un doblete en apenas dos minutos del holandés Giorginio Wijnaldum (54′ y 56′), que había entrado tras el descanso en sustitución del lateral izquierdo escocés Andrew Robertson, que se había lesionado en el primer tiempo en un choque. Y cuando el partido se dirigía hacia la prorroga, una jugada de astucia del lateral derecho, Trent Alexander-Arnold, en el minuto 79, dio el pase a la final al Liverpool.