Joya de Bravos, acarician el doble cero
Tal como en 1999, la última vez que los Bravos jugaron una Serie Mundial, y tenían un pitcheo excelso, su pitcheo lució ayer en el Juego 3. Ian Anderson y cuatro relevistas, lanzaron una joya de sólo dos hits en contra y Atlanta venció 2-0 a los Astros de Houston para recuperar la delantera 2-1 en la Serie Mundial.
Atlanta se quedó a seis outs de lograr apenas el segundo sin hit ni carrera en la historia del Clásico de Otoño, pero Aledmys Díaz dio un elevadito al jardín izquierdo que no pudo capturar Eddie Rosario. La última vez que se lanzaron siete entradas sin hit en juego de Serie Mundial fue en 1966 con Jim Lonborg, de los Medias Rojas de Boston, que se quedó a cuatro outs de la hazaña en el Juego 2.
Travis D’Arnaud dio un cuadrangular solitario en la octava entrada, para afianzar la corta ventaja que Austin Riley dio con un doblete productor desde la tercera. Atlanta cortó una racha de cinco derrotas consecutivas en Serie Mundial como local, mientras que los Astros dejaron ir una de cuatro victorias en línea como visitante.
Anderson se convirtió apenas en el cuarto pitcher novato en la historia de la postemporada en lanzar cinco entradas sin hit. Brian Stinker, manager de los Bravos, decidió sacarlo, aunque sólo tenía 76 lanzamientos. Dio tres bases por bolas y ponchó a cuatro.
El venezolano Luis García permitió sólo tres hits pero dio cuatro bases por bolas, además de aceptar el batazo productor de Riley en la tercera, que lo puso con el récord negativo. Lanzó tres entradas y dos tercios con seis ponches.
D’Arnaud es el bateador más encendido tras los primeros tres juegos de Serie Mundial. Ha pegado cinco hits en 12 turnos (.417 de porcentaje) con dos cuadrangulares, un doblete y cuatro carreras anotadas.
Hoy los Bravos buscarán continuar su invicto en casa en la actual postemporada y ponerse a un triunfo de su primer anillo en 26 años.