Caso Narvarte: Un lustro en espera de verdad y justicia

Ya pasaron cinco años desde el abominable asesinato de cinco personas en el departamento 401 del 1909 de la calle Luz Saviñón, en la Ciudad de México. Conocido como el multihomicidio de la colonia Narvarte, el caso se prolongó entre omisiones de la procuraduría local durante el gobierno de Miguel Ángel Mancera y fue retomado “desde cero” por la administración de Claudia Sheinbaum, pero hasta ahora se ha avanzado básicamente en el buen trato y la disposición de la autoridad, no en la investigación.

 

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Hasta hace unos meses Gabriela Mejía Negrete sólo sabía que a su madre “le habían dado el tiro de gracia dentro de un departamento” donde cumplía su segundo día como trabajadora del hogar.

Durante años, por estabilidad emocional, no quiso saber nada del llamado multihomicidio de la colonia Narvarte ocurrido en 2015, cuando además de su madre, Alejandra Negrete, fueron asesinadas la maquillista Yesenia Quiroz, la colombiana Mile Virginia Martín, la activista Nadia Vera y el fotoperiodista Rubén Espinosa.

“Me enteré de que yo estaba embarazada en abril de ese año. Mi mamá y yo teníamos muchos planes para cuando naciera mi bebé. No sabíamos si sería niña o niño, pero me dijo: ‘¿Por qué no le pones mi nombre? Será mi nieto consentido, le voy a comprar sus cosas y lo vamos a bautizar’. Estaba muy emocionada por mi bebé, pero ya no lo conoció. La mataron tres meses después, cuando yo más la necesitaba”

El próximo viernes 31, cuando se cumpla el quinto aniversario del crimen, será la primera vez que un familiar de Alejandra participe en las actividades que organizan cada año los deudos de Yesenia, Mile, Nadia y Rubén, junto con su defensa jurídica, para reiterar la exigencia de que la ahora Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México garantice su derecho a la verdad y a la justicia, pues no ha cumplido.

“Voy a participar porque ya no quiero que sólo se hable de mi mamá como la trabajadora doméstica. Quiero que sepan que era una persona que le encontraba la solución a todo. Siempre estaba ahí para ayudar. Era muy alegre y un poco grosera. Nos decía: ‘Ustedes pueden, son chingonas, échenle huevos, esto va a pasar, no sean tontas’. Era muy valiente y honesta. Siempre daba la cara por la familia, aunque ella estuviera mal. Creó un lazo de convivencia entre todos, pero cuando la mataron, se acabó”, recuerda Gabriela.

 

Días antes de ser asesinada en el departamento 401 del 1909 de la calle Luz Saviñón, colonia Narvarte, alcaldía Benito Juárez, Alejandra dedicó por Facebook a sus tres hijas la canción “Yo te bendigo, mi amor”, de Juan Gabriel. Gabriela la recuerda en los ojos de su hijo, Alejandro, “que son iguales a los de su abuelita”. Hace poco éste le pidió una foto de su madre para ponerla en su casa, lo que ella no había podido hacer por el dolor que sentía. “A pesar de que no la conoció, dice que la amaba mucho y me pregunta ‘¿Por qué se fue? ¿Por qué no baja un ratito del cielo para visitarme?’”.

Y aunque Gabriela no vivió el maltrato que los anteriores procuradores, fiscales y ministerios públicos ejercieron contra los familiares y la coadyuvancia, tiene clara la exigencia para la fiscal Ernestina Godoy: “Que ponga más atención a la investigación. Van cinco años y aún no sabemos qué pasó ni cómo pasó. Sólo buscaron culpables, pero queremos que nos den la verdad, que ya no le den más vueltas y se haga justicia, que no quede como un homicidio más”.

Avances “poco sustantivos”

con José Luis Quiroz, fiscal de Homicidios de la entonces procuraduría capitalina, quien se comprometió a que la investigación empezaría “prácticamente de cero”. Ofreció “subsanar las omisiones” cometidas por el gobierno del hoy senador Miguel Ángel Mancera y de sus procuradores, Rodolfo Ríos y Edmundo Garrido, e informó que entregó a familiares y abogados una propuesta de Plan de Investigación y de “ruta crítica” para indagar el crimen.